¿Sufres alergia? ¡Los mejores consejos!
Una alergia es una reacción de nuestro sistema inmune, en respuesta a algo que se detecta como extraño al cuerpo. Nuestro organismo dispara mecanismos de defensa para bloquear al alergeno, lo que provoca una serie de síntomas.
¿QUÉ PRODUCE UNA ALERGIA?
Las sustancias más comunes que suelen causar esta reacción son:
- Polen: el principal causante de alergias estacionales.
- Esporas de moho: relacionadas con alergias en personas que viven en viviendas con alto grado de humedad.
- Ácaros del polvo
- Epitelio de animales
- Algunos alimentos
- Medicamentos
- Picaduras de insectos
¿CUALES SON LOS SÍNTOMAS?
Los síntomas asociados a una reacción alérgica pueden ser muy diferentes en función del órgano que afecte, vías respiratorias, piel, aparato digestivo. Así encontramos, la congestión nasal, picor de nariz, estornudo, picor de ojos con o sin lagrimeo, tos, urticaria, erupción cutánea, picor, hinchazón de boca y rostro, edema o hasta una reacción anafiláctica grave.
Las reacciones alérgicas más conocidas son:
–Rinitis alérgica: Los alergenos ingresan por vía respiratoria. Cursa con inflamación de la mucosa nasal, lo que provoca picor, estornudos y congestión. A diferencia de los resfriados, suele durar más tiempo.
–Alergia alimentaria: Los alimentos más alergénicos son: huevos, pescado, cacahuete, marisco, soja, nueces, trigo, leche. Y los síntomas asociados son muy variados, desde una simple urticaria hasta un edema en boca y garganta que puede complicarse seriamente.
–Alergia a medicamentos: suele producir una reacción bastante agresiva. Puede estar producida por el medicamento o por algún excipiente.
–Picadura de insectos: la reacción se produce por la inoculación del alergeno tras la picadura del insecto.
¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO?
Una reacción alérgica normalmente se trata con:
- Antihistamínicos orales y/o tópicos
- Descongestivos nasales
- Corticoides
También, y siempre bajo criterio médico, se pueden recetar vacunas específicas.
Cuando estamos ante un proceso alérgico, además del tratamiento farmacológico, hay ciertos hábitos que pueden ayudarnos.
Si se trata de una alergia al polen hay que evitar las actividades al aire libre o usar mascarilla. Cerrar las ventanas. Y si es necesario, usar un acondicionador de aire. Ducharse al llegar a casa para quitarse el polen de la piel y el pelo.
También debemos tener en consideración la dieta. Evitar alimentos ultra procesados, ricos en harina blanca, con alto contenido de azúcar o sal y con exceso de grasa vegetal refinada.
Otra opción terapéutica a tener en cuenta, es el uso de preparados a base de aceites esenciales con alto contenido en compuestos antioxidantes y antiinflamatorios que pueden ayudar a la resolución del evento alérgico, disminuyendo la inflamación y reforzando nuestro sistema inmune.
Y no hay que olvidar el papel que puede jugar nuestra microbiota en el desarrollo y sintomatología de las reacciones alérgicas. Cada vez hay más estudios que demuestran la conexión entre microbiota y trastornos mediados inmunológicamente ¡Si necesitas algún producto encárgarlo aquí!